«El País de los Ratones» es el primer libro infantil de Larrad Ediciones y la editorial tuvo el detalle de hacerme llegar un ejemplar.

La verdad que es un libro que me sorprendió mucho, nunca había pensado en hablarle de política a mis hijas. Y no le hablo de política a mis hijas, no solo por su edad, más bien porque soy una persona totalmente apolítica. No tengo ningún interés en política, más allá del económico y si os soy sincera del todo ni en ese aspecto me interesa. Creo que la historia de la humanidad es suficientemente clara: ningún tipo de gobierno funciona.

Portada del libro «El país de los Ratones»

Aunque yo tengo mi opinión muy definida, si que me parece, que no está de más explicarles a nuestros hijos como funciona el sistema y este libro lo hace de una forma muy acertada para niños. Así que me pareció útil para introducir el tema de forma muy sutil y sencilla. Es un libro corto y creo que puede estar enfocado perfectamente para niños a partir de 6 años, si son algo más mayores lo pueden leer ellos mismos. La letra es de imprenta, amplia y espaciada así que es genial para primeros lectores.

Reseña de libro

Os doy unas pinceladas del argumento del libro, y será muy breve porque no quiero avanzar mucho, porque vale la pena que os hagáis con un ejemplar.

Imagen del interior del libro: El país de los ratones.

En el país de los ratones cada cinco años los ratones eligen a sus líderes, los que harán las leyes, depositan un papel en una caja, a esto le llaman votar. El problema es que los ratones siempre escogían a gatos como líderes, gatos de diferentes colores blancos, negros… y prueban varías formulas pero nunca acaba de funcionar el sistema y era porque estos gatos hacían buenas leyes pero buenas leyes para los gatos no para los ratones.

Imagen del interior del libro: El País de los Ratones

Reflexión

Os dejo con las dos ideas que más me han gustado del libro y son en las que más les insisto a mis hijas, porque para mí son la moraleja de la historia:

– Hay que escuchar siempre a una persona que tenga una nueva idea, sea cual sea y venga de donde venga.

– Se puede encerrar a una persona (o un ratón) pero nunca se podrá encerrar una idea.

Abrazos virtuales,

@mamaeconomista.

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